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Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia pide prohibir glifosato a nivel mundial

Salud3 Ago 2019 – 3:05 PM-Redacción Salud

Esto señala una de las autoridades globales de salud en un reciente comunicado. Según el último metaanálisis realizado por la misma Federación en 2019, existe un vínculo convincente entre el linfoma no Hodgkin y el glifosato.

Justo cuando el debate sobre el retorno de la aspersión aérea con glifosato vuelve a Colombia, la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO, por sus siglas en inglés) el mayor órgano a nivel mundial sobre el tema, publicó un comunicado en el que solicitan que la “exposición de las poblaciones al glifosato sea eliminado completamente a nivel global”. (Vea: Glifosato: el primer caso por muerte que admite la CIDH)

EL COMUNICADO, con fecha del 31 de julio de 2019, comienza explicando que, durante los últimos 15 años, un gran cuerpo de evidencia ha venido demostrando el rol que la exposición a químicos en el ambiente tiene sobre la salud humana.  

“Ya sea que los científicos estén revisando el aumento de las tasas de cáncer, los trastornos del desarrollo neurológico, los resultados del embarazo o los defectos congénitos, existe evidencia que respalda el efecto que las exposiciones químicas tienen sobre la salud. Los productos químicos en mujeres embarazadas pueden atravesar la placenta y, al igual que el metilmercurio, pueden acumularse en el feto y tener secuelas duraderas”, explican.

Ante esto, señalan, como FIGO, decidieron publicar un comunicado capaz de reflejar lo que ha ido encontrando el análisis de la literatura científica al respecto y el “principio de precaución”.

“Este principio implica que existe una responsabilidad social para proteger al público de la exposición al daño, cuando la investigación científica ha encontrado un riesgo plausible. Estas protecciones se pueden levantar solo si surgen más descubrimientos científicos que brinden evidencia sólida de que no se producirá ningún daño. En algunos sistemas legales, como la Ley en la Unión Europea, la aplicación del principio de precaución se ha convertido en un requisito legal en algunas áreas de la ley”, señala la Asociación.

¿Entonces, qué ha dicho la ciencia? El comunicado de la Asociación señala varios y conocidos pronunciamientos de autoridades científicas que han vinculado el glifosato con efectos negativos sobre la salud humana. El de Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), que en el 2015 clasificó al glifosato en el grupo 2A, como probablemente cancerígeno, y el de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria del mismo año, que señaló que “era poco probable que el glifosato representara un riesgo cancerígeno para los humanos y propusieron una nueva medida de seguridad que reforzará el control de los residuos de glifosato en los alimentos”. (Lea:Glifosato, el pesticida que enfrenta a los científicos)

Pero también mencionan que, ese mismo 2015, ante las dudas e incertidumbres que estaban presentando, la propia FIGO lanzó un grupo de trabajo dedicado, únicamente, a estudiar los impactos que podrían tener productos potencialmente tóxicos sobre las mujeres embarazadas. “El metaanálisis más reciente publicado en 2019 afirma que existe un vínculo convincente entre el linfoma no Hodgkin y el glifosato”, señalan. Razón por la que la  FIGO “invoca un principio de precaución”.

 «Cuando una actividad plantea amenazas de daño a la salud humana o al medio ambiente, se deben tomar medidas de precaución, incluso si algunas relaciones de causa y efecto no están completamente establecidas científicamente», aclaran. Y además, llegan a la conclusión que “ la salud global debería ser nuestra luz de guía. Recomendamos que la exposición al glifosato en las poblaciones termine con una eliminación global completa”.

La orina del 95% de los niños tiene sustancias que alteran sus hormonas»

Más del 95 por ciento de los niños españoles muestra dosis bajas de sustancias hormonalmente activas en la orina debido a la exposición a contaminantes, esto es uno de los efectos del crecimiento de los ‘disruptores endocrinos‘, sustancias químicas que pueden alterar el sistema hormonal. Así lo han señalado durante el 67º Congreso Anual de la Asociación Española de Pediatría (AEP), durante el que los expertos han reclamado visibilizar el grave problema social que representa la exposición a estas sustancias.

Según ha explicado Juan Antonio Ortega, coordinador del Comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría, «una de las características de estos disruptores endocrinos es que pueden ocasionar efectos con una exposición muy reducida«. Asimismo, ha asegurado que «durante la etapa infanto-juvenil, la dieta es la principal 


fuente de exposición a estas sustancias, seguido, en segundo plano, de los productos de higiene personal o los pesticidas en el hogar».

El embarazo, la infancia y la adolescencia son las etapas más vulnerables a estas sustancias, de las se han identificado más de 1000. Los efectos que pueden provocar son muy diversos: obesidad, diabetes, reducción del coeficiente intelectual – que presentan mayor incidencia en la etapa infantil-, una pubertad adelantada -que aumenta elriesgo de cáncer, enfermedades o alteraciones mentales-, malformaciones urogenitales, cáncer testicular, problemas cardiovasculares, o baja calidad seminal, entre otros. «Por este motivo el control de la exposición a disruptores endocrinos sobre estas poblaciones debe ser más exhaustivo». «Los disruptores endocrinos pueden actuar conjuntamente y puede hacer que se potencie el efecto, y esto es algo característico de estas sustancias para tener en cuenta en pediatría: comprender el efecto coctel es un desafío», ha sostenido Ortega.

Por su parte, María José Mellado, presidente de la AEP, recuerda la apuesta de esta sociedad científica por la salud medioambiental, ya que «el efecto del medioambiente en la salud es incuestionable, repercutiendo especialmente en la salud infanto-juvenil, y destacando la responsabilidad como clínicos de implicarnos todos en el desafío de la salud del planeta».

Por su parte,  Leonardo Trasande, experto en esta materia de la NYU Langone (uno de los principales centros de Medicina de EEUU), ha facilitado a los padres una serie de recomendaciones para disminuir la exposición de sus hijos a los mencionados contaminantes. «Pequeñas acciones pueden dar sus frutos, buscar alternativas al uso de plásticos innecesarios, calentar y/o almacenar comida en recipientes de vidrio o cerámica evitando el plástico, disminuir el uso de productos químicos en el hogar buscando alternativas en los productos de limpieza y de cuidado diario libres de estas sustancias, e incrementar el consumo de frutas y verduras frescas, a ser posible ecológicas”, aconseja. Otras sencillas pautas son ventilar la casa para reciclar el aire y permitir que salga el polvo contaminado para disminuir el contacto con retardantes de llamas. Reducir el uso de envases y y consumo de enlatados por “ya que con el calor aumenta el ritmo en el que las sustancias se transfieren del plástico a los alimentos», explica.


El coste económico de los disruptores endocrinos

Trasande hace hincapié en el efecto de los pesticidas sobre la reducción de coeficiente intelectual de los niños, «una cuestión muy difícil de identificar tanto por la familia como por profesionales, y que tiene una repercusión en la economía global que aún no se ha podido valorar en su magnitud».

«Todas estas enfermedades tienen una importante repercusión directa en el gasto sanitario«, ha subrayado Trasande. Y  


También han señalado el impacto que los mismos tienen en el gasto sanitario

es que, según su estudio realizado en Europa, los costes derivados de las enfermedades generadas por estas sustancias químicas es de 163.000 millones de euros al año, lo que representa el 1,2 por ciento del PIB del continente.


BIOneta

«Los niños están 40 horas semanales en los centros educativos. Este espacio es uno de los que más preocupaciones generan a los padres por los posibles tóxicos que pueden afectar a la salud de los menores», ha manifestado Ortega. Con el objetivo de conocer los efectos que tiene el estado actual del medioambiente en los centros educativos y potenciar la búsqueda de alternativas más saludables, espacios más saludables a través de la elaboración de un Guía de Salud Medioambiental Escolar, el Comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha puesto en marcha el proyecto BIOneta.

Tal y como han podido comprobar los pediatras presentes en este 67 Congreso de la AEP, esta iniciativa se conforma de una eco-food-truck con sensores que viajará por varios colegios del territorio español y medirá los índices de contaminación atmosférica. Asimismo, en el marco de BIOneta, se desarrollará una red colaborativa de pediatras y enfermeros pediátricos para compartir conocimiento y experiencias relativas a la Salud Medioambiental en la escuela. 

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